En medio del desafío global de la gestión de residuos, la reutilización creativa de materiales que de otro modo se convertirían en basura, no sólo es una alternativa inteligente, sino también una necesidad vital para el cuidado del medioambiente. La idea es reutilizar, reinventar y dar una segunda oportunidad a elementos que normalmente serían desechados.

En Idea Verde de esta semana, te mostramos cómo algunas iniciativas en todo el mundo están transformado la economía y contribuyen al bienestar de nuestro planeta.

¡Las semillas de la palta ya no se desperdician!

Esa semilla que le quitamos a la palta puede convertirse en sorbetes, cubiertos, platos e incluso en una lonchera descartable. La iniciativa es de la empresa mexicana Biofase, que desarrolló un plástico biodegradable a partir de la fruta.

Una de las ventajas de utilizar la palta como materia prima es que es una fuente renovable. Entonces, para obtener más plástico, basta con plantarla. Además, este tipo de producto se descompone más rápidamente.

La empresa considera que el ciclo del producto es renovable de principio a fin. Esto se debe a que los granos provienen de la industria procesadora de palta mexicana que produce guacamole o aceite, evitando así desperdicio.

Si querés conocer más acerca de este proceso hace clic en el link abajo

¡Los neumáticos viejos y desgastados también tienen su valor!

Africana transforma miles de neumáticos desechados en ladrillos de alta resistencia mediante el reciclaje. La empresaria Ifedolapo Runsewe, propietaria de una fábrica en Nigeria, entendió que transformar este material sería beneficioso no sólo para la industria, sino también para la economía de las pequeñas empresas de la región y, por supuesto, para el medio ambiente.

La reutilización de recursos tiene como objetivo mejorar la gestión actual de Nigeria a nivel socioeconómico. En este tipo de dinámica se incluye a la población desempleada, ya que se generan empleos indirectos, lo que permite diversificar la economía del país más poblado del continente africano.

En esta iniciativa ecológica también contribuyen mecánicos y talleres. “La mayoría de los neumáticos terminan en el drenaje público obstruyéndolo, pero las cosas han cambiado”, dijo Akeem Rasaq en su pequeño taller de reparación de automóviles en la región.

Acá podemos ver una imagen del proceso de reciclaje.

La cáscara de coco se convierte en aislante en un refrigerador térmico en Filipinas

Observando la naturaleza podemos aprender y disfrutarla de una forma ecológicamente correcta. Un ejemplo de ello son los cocos, que son aislantes naturales, protegiendo así su contenido de forma segura. Entonces, ¿por qué no utilizar cáscaras de coco como aislante térmico?

Y eso es exactamente lo que está haciendo un startup en Filipinas: crear refrigeradores térmicos con cáscaras de coco para reemplazar la espuma de poliestireno (tergopol). Una solución extremadamente inteligente y ecológica. Con esta solución creativa evitamos dos problemas de contaminación: uno por el poliestireno que, aunque se puede reciclar, los costos son muy elevados, en vez las cáscaras de coco que se desechan después de su uso; y por otro lado el poliestireno en muchas ocasiones se incinera liberando CO² a la atmósfera.

Las oportunidades son variadas y de gran impacto. Adoptar prácticas sostenibles como las 4R (Reducir, Reutilizar y Recuperar para el Reciclaje), no sólo contribuye a un planeta más saludable, sino que transforman la manera en que vemos lo que tiramos a la basura.