En esta segunda entrevista de Gente que vibra, vamos a tener la posibilidad de conocer un poco más sobre la vida de Daniel Cherne, Gerente industrial de Vicunha Argentina desde hace 10 años.
¡Empecemos!
¿Cómo te presentarías a vos mismos?
Nací en provincia del Chaco, mi papá tenía campo y se dedicaba a cultivar algodón, girasol, soja, etc. y era semillero del INTA ayudando al desarrollo de variedades de algodón. Mi madre lo acompañaba con un pequeño tambo y la administración del campo.
Inicié mis estudios en una escuela rural, luego continúe en Sáenz Peña la primariay egresé como perito mercantil de la secundaria. Luego estudié en la Facultad Tecnológica Nacional donde me recibí de Ingeniero Electromecánico, y después realicé un postgrado en Negocios. A las dos semanas de presentar mi proyecto de tesis de la facultad, ingresé en el Programa de Jóvenes Profesionales de la empresa Alpargatas donde trabajé durante casi 30 años, recuerdo que en una de las entrevistas cuando me preguntaron porque trabajaría en Alpargatas les dije que quería continuar participando con la industrialización de lo que cultivaba mi padre, que era el algodón, me recibí y a las 2 semanas estaba lleno de pelusa en la hilandería. Fue una época muy linda, compartiendo con otros colegas, que fuimos a vivir a un pueblo chico, pintoresco, con el Río Paraná al lado, buena pesca.
Me considero una persona activa pero que a la vez disfruta de estar en contacto con la naturaleza, salir a pescar y estar cerca del río.
Soy un hombre de la fábrica, que disfruta creando equipos de trabajo colaborativos, donde prime el buen clima laboral. Siempre me gustaron los desafíos, impulsar nuevos proyectos e innovar. No siempre me tocaron épocas fáciles, pero considero que es en esos momentos donde aflora la parte más creativa del ser humano.
Soy familiero, estoy casado y tengo dos hijos. Nicolás, vive en Buenos Aires, es médico, y trabaja en Hospital Italiano; y Soledad, trabaja en Google, y vive en Estados Unidos junto a mis dos nietos Lolo y Marina.
“Lolo me llama abu Coco. Con mi mujer los extrañamos mucho, pero siempre buscamos la forma de encontrarnos, aunque sea a mitad de camino”.
¿Tenés alguna anécdota que nos quieras compartir?
Voy a contar dos. Una personal y otra relacionada a Vicunha. La personal está vinculada al casamiento con mi esposa Plasty, con quien nos pusimos de novios el último año del secundario.
“Yo le había dicho que quería que nos casemos en democracia, luego si ganaba Alfonsín, bueno ya conocen la historia …; y cuando fuimos a hacer los trámites de presentación de boda y la práctica antes de casarnos, en la iglesia de Sáenz Peña, Chaco, nos cruzamos con Raúl Alfonsín. Ya no tenía excusas, ni podía arrepentirme”, se ríe.
La anécdota relacionada a Vicunha, es inolvidable. Conocía a la gente de Vicunha por algunas visitas que habían realizado para conocer la planta de Bella Vista, así que cuando me llamaron para formar parte de este proyecto, lo acepte como desafío. Luego de un breve paso por Natal (Brasil) aterrizamos con mi con mi señora en San Juan en enero del 2014 con un viento Zonda y 44 grados, el recibimiento climático y las historias del taxista, que nos llevaba del aeropuerto a la casa, fueron un poco exageradas.
“Nos advirtió que nos cuidáramos de no deshidratarnos, que usemos crema para la piel, que la presión… ¡uy nos miramos con mi señora! y dijimos será siempre así esto”.
Algo que tengas pendiente y que te gustaría realizar…
Tengo cosas pendientes que son muy diversas, y a su vez están muy alineadas a mi forma de vida. Me gustaría desde realizar un proyecto de energías renovables hasta plantar pistachos; poder viajar con mi esposa y por qué no, dedicarme a restaurar un auto antiguo, como un coupé Ford del ‘38.