En esta oportunidad tuvimos el placer de conversar con Mónica Suárez, quien trabaja en Vicunha desde hace 27 años, y desde 2014 es asistente de presidencia. Una hermosa charla que navegó entre anécdotas, anhelos, risas y emoción. 

¡Empecemos!

¿Cómo te presentarías a vos misma?

Nací en capital, y en la adolescencia me mudé a Villa del Parque, barrio en el cual sigo viviendo hace más de 30 años.

Estoy casada hace 23 años, y tengo un hijo que fue muy deseado, que hoy tiene 21 años y se llama Juan Manuel. Mi sueño siempre fue ser madre. Mi familia es mi pilar, somos todos muy unidos. 

Soy una persona muy tenaz con aquello que quiero, no me gusta que me regalen nada, me gusta ganarme las cosas a paso firme desde muy jovencita. Soy organizada y muy exigente, algo que a veces me juega en contra. Siempre me gusta seguir aprendiendo y capacitándome; de hecho ahora estoy estudiando inglés.

Soy una persona muy espiritual, estoy en grupos en la parroquia, y me hace bien ayudar a los demás. También disfruto de reunirme con amigos, tengo mis amigas de la infancia a quienes atesoro. Amo la naturaleza y amo la provincia de Córdoba.

En Vicunha empecé como recepcionista, y después pasé por diferentes sectores, hasta que empecé a asistir a todos los directores. Como siempre digo: “Entre flaca, cuerda y soltera”, se ríe.

¿Tenés alguna anécdota que nos quieras compartir?

“Tengo una mancha en mi legajo de Vicunha por una metida de pata. Pero como digo siempre: el que trabaja se equivoca”, confiesa riéndose. 

Yo todavía no era secretaria de directorio, no manejaba el 100% toda la agenda, pero me iba encargando de varias cosas como reservar los vuelos, organizar los viajes…

Pablo -director de Vicunha-, tenía una audiencia con el ministro de producción de San Juan, y su secretaria me dice que el ministro está viajando, pero en ningún momento me aclaró que para esa reunión iba a estar en Buenos Aires. Entonces yo inferí que era en San Juan, lugar donde siempre tenían las reuniones, así que le saqué el pasaje y viajó a San Juan a una reunión que era en Buenos Aires. 

“Pablo nunca me dijo nada, es más, me comentó que aprovechó para hacer otras cosas”. Hubo una falta de información por parte de la secretaria. Como soy yo de perfeccionista, quería meterme debajo de la tierra. A partir de ahí aprendí a pedir todos los detalles por mail.”, cierra la anécdota y sonríe.

Algo que tengas pendiente y que te gustaría realizar…

Yo en el secundario me recibí de Técnico en Administración de Empresas, estudié Operadora PC de IBM, y siempre me gustaron los números. Algo que me quedó pendiente es terminar la facultad, me hubiese gustado tener el título en Administración de Empresas.

Y un deseo que tenemos planeado con mi marido es viajar. Quiero conocer Italia, España, y por mi creencia Jerusalén.