Conocé la historia de nuestra planta de generación de energía, que tiene casi la misma edad que Vicunha y hoy alimenta la mayoría de nuestras operaciones en el país
En 1967, Vicunha fue fundada en Brasil, como mencionamos recientemente. Pero lo que pocos saben es que, pocos años más tarde, también se inauguraba una central hidroeléctrica en lo que hoy es la unidad de Ecuador y que actualmente alimenta la mayoría de nuestras operaciones en el país. Pero para contar esa historia, necesitamos retroceder dos años después del hito de nuestra fundación…
Corría el año 1969, cuando se empezó a concebir el proyecto de la hacienda Vindobona, que se encuentra cerca de nuestra unidad en Quito, en lo alto de los Andes ecuatorianos. En un área de 1.375 hectáreas, la propiedad estaba destinada a la cría de ganado. Y los antiguos dueños tuvieron la idea de crear una estación que pudiera abastecer la actividad agrícola con agua de la región. Fue entonces cuando los propietarios crearon los canales de conducción de agua, desviando parte del cauce del Río Monjas hacia la hacienda.
Por esa época, un ingeniero alemán, conocido de los propietarios, recomendó la instalación de una planta hidroeléctrica para generar energía para mantener las actividades en la propia hacienda, además de ayudar a abastecer al sector de Santo Antonio de Pichincha, donde se encuentra nuestra unidad de Vicunha. Y, tras dos años de obras, se inauguró la central hidroeléctrica en 1971.
Según William Montoya, asistente del área de Ingeniería Industrial, en ese momento la planta contaba con tres turbinas que podían generar hasta 1.600 KW cada una (un total de 4.800 KW). “Cuando la empresa La Internacional compró el área para instalar una unidad textil, también adquirió la hacienda Vindobona y pasó a utilizar la hidroeléctrica para abastecer las operaciones de la empresa”, dice William.
Modernización de instalaciones
Vicunha compró la empresa textil La Internacional en 2007 y, desde entonces, reforzamos el uso del complejo energético para acompañar el crecimiento de nuestra producción. En el 2011, modernizamos las instalaciones con una nueva turbina, que genera 3.000KW y trabaja junto a dos de las turbinas originales para producir una capacidad combinada real de 4.200KW.
Hoy, 52 años después de la inauguración de la hidroeléctrica, el complejo cuenta con una capacidad de generación real de 4.200KW, responsable de más del 86% de la energía eléctrica consumida en nuestra operación en Quito.
“El objetivo es que, en 2024, podamos ser autosuficientes con el 100% de la energía producida por la propia Vicunha”, dice Rafael Antonio Silva Andrade, jefe de Ingeniería Industrial de la unidad.
Para él, además de traer beneficios en términos de costos y sostenibilidad a Vicunha, también contribuimos al país. “Somos parte del mercado mayorista de energía y podemos entregar nuestros excedentes en momentos, por ejemplo, cuando estamos de vacaciones, o cuando nuestras operaciones están paradas temporalmente. Y con nuestra expansión generacional próximamente, esperamos entregar aún más. Eso no tiene que ver con la sustentabilidad solo en Vicunha, sino en Ecuador”, explica Rafael.
Energía limpia y sostenible
Actualmente, 14 personas se turnan en tres turnos de trabajo en la operación con la ayuda de 5 personas de mantenimiento de la planta. Junto con el área de Ingeniería Industrial de Vicunha, son fundamentales para mantener la productividad y los niveles de calidad y sostenibilidad en la generación de energía limpia.
“En otros lugares e industrias del mundo, la generación de energía se basa en centrales termoeléctricas, por ejemplo. Y este tipo de generación no es buena para el medio ambiente y la vida. Pero, en el caso de la generación hidroeléctrica, solo transportamos el agua y aprovechamos la energía del agua que cae, sin impactar el medio ambiente”.
Además, Rafael explica que una parte importante del agua es recalificada y destinada a la producción agrícola local: “las aguas del río Monjas vienen con efluentes contaminados de la ciudad, con partículas de metales pesados y contaminación microbiológica. Y, como parte del convenio de concesión de agua firmado con el Ministerio de Medio Ambiente, Agua y Transición Ecológica, devolvemos parte de esa agua, unos 20 litros por segundo, los que pasan por el canal de oxigenación y luego reciben una cantidad adecuada de cloro para ser utilizada en la agricultura”, informa el ingeniero.
Otro destaque de sustentabilidad es el trabajo de reforestación realizado por Vicunha en la hacienda Vindobona. Allí plantamos alrededor de 150 árboles cada seis meses, ayudando a capturar CO2 de la atmósfera, un gas que contribuye al cambio climático. En este proceso de reforestación, las plantas que utilizamos son endémicas, es decir, provienen de la propia región, lo que mantiene el equilibrio del ecosistema local.
¿Cómo funciona la hidroeléctrica?
El agua se toma del río Monjas, en la Estación Bocatoma (1), que contiene un dique para la captación de agua. Cerca, el agua comienza a ser desarenada y encausada. Posteriormente, el recurso es conducido por canales subterráneos a tanques que decantan partículas de arena y sólidos en la estación de desarenadores (2), haciendo que el agua sea menos turbulenta y facilite el proceso de purificación. Después de eso, el agua pasa por tuberías al tanque de presión (3). El agua tomada en el río Monjas ha pasado para este punto bajo túneles subterráneos construidos bajo los accidentes geográficos del Cerro Catequilla.
Desde allí, el agua caerá más de 500 metros hasta llegar a la casa de máquinas (4), donde se ubican las turbinas para la generación eléctrica. “Es esta altitud de medio kilómetro la que da la energía potencial, que luego se convertirá en energía eléctrica”, explica Rafael. Al final del proceso, el agua se devuelve al río Guayllabamba. Mismo que recibe la desembocadura del río Monjas, regresando el agua a su cauce natural.